Ante la decisión de invertir tiempo y esfuerzo en enviar a un hijo a pasar un curso académico al extranjero; mi rotundo sí.
Me ha gustado ver, entre los alumnos que han hablado de su experiencia, como el nexo común es, sobre todo, la identidad, y es por eso que, idioma aparte, mi experiencia va a partir de ese punto.
Inglaterra supuso para mí un descubrimiento, no solo de un yo frente al mundo, sino también desde el punto de vista educacional. He podido comprobar que facetas como la música, el arte, el teatro y la cultura, vividas desde una forma más personal, es algo en lo que España aún nos queda camino por recorrer. En las activas y participativas clases de música nos enseñaron a cultivar la parte práctica como algo verdaderamente formativo y en lo que se puede crecer, con todas las implicaciones que esto tiene. Y gracias a ello valoré más la fantástica formación coral que venía recibiendo en mi colegio de Sevilla, Entreolivos, y recordarlo, con los años, me llevo a buscar una agrupación de repertorio operístico y de oratorio con la que he podido participar en proyectos apasionantes.
En cuanto al arte, aunque estudie Derecho y Empresa Internacional (una vez más, decisión marcada por el año con BUS en el extranjero), he querido enfocar mi carrera a este mercado, habiendo hecho practicas en Sotheby’s y Christie’s Madrid durante la carrera, y actualmente haciendo un training en Sotheby’s Londres, pendiente de un programa Graduate Training.
Lo que más valoro de mi año internacional es poder comprobar que, sin yo advertirlo, iba a ser un año decisivo. Y me encanta saber que nuevos alumnos podrán experimentarlo como yo.