En el actual mercado laboral el idioma es clave, es nuestro valor diferencial, lo que determina la validez o el rechazo de una candidatura. Desde hace unas décadas, asistimos a una reglas de mercado global y una necesidad de comunicar que trasciende fronteras. Y en ese punto ya se da por sentado que el inglés ha asumido el rol de lengua oficial, ya sea por imposición mayoritaria, por su especial gramática o por ser la lengua favorita de las nuevas tecnologías; en definitiva, por muchas cuestiones que, aunque ninguna de ellas sean verdades absolutas, han acabado calando.
Pero el valor del idioma en el mercado laboral no acaba ahí, en el inglés. Existen más razones de peso para seguir creciendo en el plano idiomático. Por ejemplo: el inglés, más tu lengua de origen, más una tercera lengua (francés, italiano, portugués, alemán, rumano, árabe…) pueden ser tu pasaporte al estrellato laboral. Ese tercer idioma será tu valor diferencial.
Y hablando de valor diferencial, hay otra razón de peso que impera en el mercado laboral y consiste, precisamente, en tener un conocimiento de los mercados. Nos referimos a viajar, a conocer otros países, sus culturas, hábitos, sus formas de relación. Todo ello es un elemento intangible que valoran las empresas a la hora de abrir mercados y contar con profesionales.
No olvidemos, además, que la mejor forma de acabar aprendiendo un idioma es practicándolo en su propio país.